sábado, 23 de febrero de 2013

Tenemos derechos. Tenemos deberes

El hecho de que los medios de información solo hablen de lo que es noticia (lo que por otra parte es perfectamente lógico), hace que los ciudadanos nos encontremos a veces en un entorno que se aleja de la realidad. Además de las "noticias" existe una realidad que no es noticiable, pero que se identifica mucho más con lo que hacemos y sentimos la gran mayoría de ciudadanos.

Recientemente fue noticia la celebración de diversas manifestaciones contra "el golpe de estado de los mercados". No voy a reflexionar en este post sobre el malgobierno, la corrupción y la putrefacción moral de muchos de nuestros políticos y de alguno de nuestros banqueros. Lo he hecho ya y lo haré en el futuro.

 Sin duda la mayor parte de personas que asisten a esas manifestaciones lo hacen por motivos de estricta justicia. No deja de llamar la atención, sin embargo, que se suman a esos eventos partidos como IU e ICV cuya ideología está basada en la misma que a lo largo del siglo XX produjo los mayores atentados imaginables contra la libertad de las personas y dieron un auténtico golpe de estado contra los mercados. En algunos paises se sentían orgullosos de lo que ellos mismos llamaban "la dictadura del proletariado". Pocas veces un régimen se ha sentido cómodo incluyendo ya en su descripción la palabra dictadura.

Viendo los manifiestos de "el golpe de estado contra los mercados" ampliamente difundidos por las redes sociales quiero destacar uno que me servirá para la reflexión posterior  " Trabajo, educación, sanidad y vivienda son derechos humanos. Sin ellos la democracia es una farsa ". Dudar de esta afirmación le haría a caer a uno en el más pavorosos de los infiernos mediáticos. No voy a dudar, pero sí a matizar algo de esa verdad inmutable.

Que todas las personas puedan trabajar es fundamental para que se puedan cumplir los demás derechos. Pero tengo la impresión de que la posibilidad de trabajar no es algo que lleve implícita una persona cuando nace. Debe de ser capaz de formarse y sacrificarse en el aprendizaje de conocimientos y cuando llegue el momento ser capaz de crear su propio trabajo a través de su propia empresa ó bien, lo más habitual, enrolarse en una empresa creada por otro. Todas las empresas alguna vez fueron creadas por personas. No son entes inmateriales que solo existen para sacarles la sangre a los ciudadanos. El trabajo no es un derecho que se toma cuando a uno le apetece. Es algo por lo que hemos de luchar todos con nuestro esfuerzo y sacrificio. Los gobiernos deben hacer lo mejor posible para crear puestos de trabajo, pero lamentablemente no es algo que nos venga asignado en el momento de nacer.

El derecho a la educación sin duda es algo que como sociedad nos hemos de autoexigir. Y lo hacemos. Esa exigencia debe venir no solo del derecho innato sino de que todos colaboremos para que todas las personas lo tengan. Es un derecho que la sociedad otorga a todos los nacidos y del que nos hemos de sentir muy orgullosos.

El derecho a la sanidad es otra de las grandes conquistas de nuestra sociedad en el siglo XX. Luchamos por ello y luchamos por mejorarla, pero se deben evitar las demagogias. La sanidad no es un don del cielo que viene enganchada al cordón umbilical. El derecho a la sanidad es consecuencia del esfuerzo solidario de millones de personas. Nos hemos de sentir orgullosos  de haber sido capaces de conseguir una sanidad universal y hemos de exigir a nuestros políticos que la mantengan aunque asumiendo que el "todo es gratis para todos" es algo que es imposible de mantener. Sobre todo porque no existe un organismo celestial que done recursos ilimitados.

El derecho a la vivienda es un objetivo hermoso. Pero tengo la impresión de que al nacer no venimos al mundo con un título de propiedad. De nuevo es la sociedad la que con todos los mecanismos de redistribución justa de riquezas debe ayudar a conseguir que, los que tienen menos posibilidades, puedan acceder a una vivienda digna. Asimismo todas las personas deben luchar ellas mismas por conseguirlo.

Me siento orgulloso de pertenecer y ser miembro activo de una sociedad que consigue que todos sus ciudadanos tengan  derecho a la educación y a la sanidad y que intenta que lo tenga al trabajo y a la vivienda. Solo quiero dejar constancia de que son unos derechos que nuestra Sociedad consigue que, lamentablemente, no son íntrinsecos al ser humano y que todos los miembros de la sociedad hemos de luchar cada día para mantenerlos y mejorarlos. Son derechos que hemos de exigir, pero sobre todo son derechos que hemos de conseguir. Viene mi reflexión de la percepción cada vez más extendida en un amplio sector de la sociedad de que existen los derechos, pero no existen los deberes.
Conseguimos nuestros derechos por cumplir nuestros deberes. Tenemos derechos.Tenemos deberes.

domingo, 10 de febrero de 2013

Corrupción ideológica

El político corrupto económico se aprovecha de su cargo para obtener beneficios pecuniarios para sí mismo ó para su familia ó para el partido que le ha llevado al poder. El político corrupto ideológico utiliza su cargo y su poder  para obtener ventajas  manipulando las  ideas y deformando la información  mediante el control político de los medios . Se puede ser político corrupto económico e ideológico.

El President de la Generalitat de Cataluña, en respuesta  a la decisión del Gobierno de solicitar al Consejo de Estado un informe previo para interponer un recurso de inconstitucionalidad contra la declaración soberanista del Parlament, proclamó "Igual que las personas tienen derecho a su autonomía y a decidir su futuro también los países tienen derecho a cumplir su máxima autonomía, su máximo autogobierno y su futuro colectivo"."Contra esto no hay normas, ni leyes, ni constituciones, ni interpretaciones posibles..."
En esta afirmación hay dos claros ejemplos de corrupción ideológica. Nadie duda que las personas tienen derecho a su autonomía y también los países. El problema radica en que no está hablando de un país, sino de una parte de un país.  En la Constitución de 1978 votada afirmativamente por una mayoría aplastante de españoles, incluyendo catalanes,  quedó claro que la soberanía nacional reside en el pueblo español (Artículo 1.2) y que la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española...(Artículo 2). El contra-argumento sería "pues se cambia la constitución". Acertado, sin duda, pero con una clara respuesta: Han de ser todos los españoles los que cambien la Constitución. La soberanía reside en todos no en una parte.

Además de las razones legales, el peso de la Historia es incuestionable. 500 años compartiendo Monarquía Hispánica y 300  de matrimonio económico no son desdeñables. En 1700  los habitantes de Cataluña eran entorno a 400.000. En 1900, menos de 2 millones. Hoy en día somos 7,5 millones. En el siglo XX  no ha habido generación espontánea de catalanes.  El intercambio entre el resto de España y Cataluña ha sido inmenso y contínuo,  además de fructífero La Cataluña actual no es una imagen congelada en el tiempo. Es el resultado de una interrelación cultural, económica y física con el resto de España, formando un solo país,  con sus particularidades enriquecedoras. Es por ello que cuando se trata de decidir destinos colectivos no se puede escoger a una sola parte para tomar decisiones.
 Siguiendo el razonamiento economicista-soberanista, ¿Por qué no declararse soberana Barcelona? ó ¿el barrio de Pedralbes?. Seguramente desde un punto de vista económico les sería rentable. Incluso ¿Por qué no?. Santa Coloma de Gramanet ó Tarrasa. Tal vez estas ciudades pudieran federarse con las regiones de donde provienen la mayor parte de sus ciudadanos.
 Toda esta reducción al absurdo, que podría ser ilimitada, hasta llegar a la independencia política de la persona individual,  entra dentro del saco del mal llamado derecho a decidir, de la manipulación...de la corrupción ideológica.

"Contra esto no hay normas, ni leyes, ni constituciones, ni interpretaciones posibles" decía el político catalán. Y aquí  nos aparece un cierto miedo. Si no hay otras interpretaciones posibles es por que posee la verdad absoluta. Y eso es peligroso. Nadie la tiene.
  El President, como representante ordinario del Estado en Cataluña (Artículo 67.6 del Estatut de Cataluña) (Artículo 152 de la Constitución) no puede afirmar que su verdad está por encima de normas, leyes y constituciones; las mismas que le han servido para ocupar el puesto que ocupa. Su obligación es cumplir las leyes y hacer que su gobierno vele por su cumplimiento.
 El día en que los máximos responsables de la política justifiquen el no cumplimiento de las leyes ó que los jueces justifiquen las coacciones y amenazas de un piquete simplemente... porque es lo normal, ese día la corrupción de las ideas mermará (todavía más) la calidad de nuestra democracia. Ese día parece haber llegado.

Policía y Justicia deben acabar implacablemente con la corrupción económica, pero es tarea de todos descubrir y luchar contra una corrupción mas sutil, pero también nefasta y no menos peligrosa, la corrupción ideológica.

Bibliografía


1.- Constitución Española 1978
2.- Estatuto de Autonomía de Cataluña 2006
3.- http://www.rtve.es/noticias/20130208


sábado, 2 de febrero de 2013

Un anacronismo insolidario

Dice la Constitución Española en su artículo 138.2 que "la diferencia entre los Estatutos de las distintas Comunidades Autónomas no podrá  implicar en ningún caso privilegios económicos o sociales". ¿No es acaso un privilegio económico disfrutar de un  IRPF inferior al del resto de españoles? Esto y otras ventajas es lo que ocurre en dos Comunidades Autónomas: Navarra y Pais Vasco. La menor presión fiscal se debe en parte a que gracias al régimen foral y Concierto Económico, la contribución a la solidaridad interterritorial (también contemplada en el articulo 158 de la Constitución) no se cumple. De esta forma se da el contrasentido que siendo las dos regiones más ricas del país, en cuanto a PIB per capita, en los últimos años sean comunidades receptoras de "Fondos de Solidaridad".
 Me gustaría dejar constancia en este escrito de como se ha llegado a esta peculiar situación. Su origen es el acogimiento a anacrónicos derechos medievales que por diversas circunstancias se han ido manteniendo y adaptando a lo largo de los años.

Es bien conocido que durante el periodo romano en la península ibérica predominó el Derecho romano como un conjunto de leyes globales . Con la llegada de los invasores bárbaros y el paso de los años se va modificando hasta proclamarse en el año 654 el Código  de Recesvinto que lo actualiza e introduce matices germánicos, pero mantiene su uso en todo el territorio. Todo cambia con las invasiones islámicas  y el posterior inicio de la Reconquista. Aparecen los nuevos señores de las tierras reconquistadas y posteriormente los reinos, con lo cual aquel conjunto de leyes globales se transforma en una serie de legislaciones y privilegios locales que convierten a la antigua Hispania en un galimatías  de privilegios, exenciones, fueros... A modo de ejemplo : Fuero de León, de Sepúlveda, de Logroño, de Medina del Campo, de Plasencia, de Cáceres, de Badajoz, del señorío de Vizcaya, de Jaca, de las Juntas Navarras, de Guipúzcoa, de Zaragoza...). 

En los siglos siguientes se va alcanzando poco a poco la Unidad a través de los grandes reinos hasta la formación de la monarquía Hispánica. A principios del siglo XVI prácticamente desaparecen los fueros locales de Castilla y, con el Decreto de Nueva Planta en el XVIII, los de los territorios que conformaban el reino de Aragón.

Hay un residuo de la etapa medieval que se mantiene a lo largo de los años. Felipe V seguramente como premio a su fidelidad en la guerra de Sucesión (al contrario que el Reino de Aragón) mantiene para los territorios vascos y el reino de Navarra una serie de prerrogativas (régimen fiscal y monetarios propios, ...) que se consolidan en el tiempo.
La constitución liberal de 1812 intenta romper con los residuos del antiguo régimen declarando al pueblo español como único sujeto político, aboliendo privilegios, pero con la restauración absolutista se ponen  de nuevo en vigor los viejos usos incluyendo los fueros vascos y navarros. De todas formas la semilla liberal acaba por germinar y poco a poco los principios liberales, tras cruentas guerras, se van imponiendo.
En 1841 Navarra deja de ser un reino para convertirse en una provincia más del reino de España perdiendo la mayor parte de sus privilegios , mientras que en 1876 se disuelven las antiguas Juntas y Diputaciones  en las provincias vascas y se acuerda un Concierto Económico para recaudar impuestos, inicialmente durante 8 años. Posteriormente los acuerdos se van prorrogando en distintas negociaciones a lo largo de los años.

Ya en el siglo XX, en 1937, el General Franco abolió el Concierto Economico con Vizcaya y Guipúzcoa, pero mantuvo el convenio en Álava y los fueros en Navarra, seguramente como premio a su fidelidad durante la guerra.
La Constitución de 1978 fue una buena oportunidad perdida para lograr la igualdad en la tributación de todas las regiones españolas. Sin embargo amparó los llamados Derechos Históricos de los Territorios forales incluyendo el Concierto Económico Vasco  y retrotrayendo la legislación hasta 1841. Es difícil evaluar hasta qué punto influyó el clima de tensión de aquellos años para que se llegara a este compromiso.

Es encomiable y digna de admiración la voluntad de los pueblos para mantener sus tradiciones , pero desde mi punto de vista es inaceptable que,  por el mantenimiento en el tiempo de viejas prerrogativas,  los ciudadanos de unos territorios tengan privilegios sobre otros. Sinceramente en mi opinión y desde un punto de vista económico  la forma como se aplican los fueros y el Concierto representan un anacronismo insolidario.

Bibliografía:

- Constitución Española 1978.
- Constitución Española 1812.
- España 1808-2008. Raymond Carr.Ed. Ariel
- El Confidencial 9-1-2013
- Wikipedia.