viernes, 15 de marzo de 2013

Manipulando el derecho a decidir

El nacionalismo siempre ha tendido a envolver sus objetivos en el ámbito de los sentimientos. La cercanía, lo propio, lo nuestro, nuestro pasado, nuestra identidad, nuestra lengua... como signos diferenciales frente a los  "otros". Se comienza diciendo que somos diferentes y se acaba afirmando que somos mejores y luego pasa lo que pasa... En el caso del nacionalismo catalán ante el poco éxito de la llamada a los supuestos sentimientos nacionales, se pone en marcha el nacionalismo económico: España nos roba, Cataluña independiente sería más rica.... Afirmaciones siempre sin ningún rigor, pero que mil veces repetidas y en épocas de crisis pueden crean dudas en un nutrido grupo de ciudadanos.

En su ceremonia de la confusión se apropian de un término con el que cualquier demócrata y amante de la libertad está absolutamente de acuerdo: El derecho a decidir. 
La libertad es posiblemente la distinción fundamental del ser humano. Ser libre para acertar o equivocarse es irrenunciable. Pero precisamente porque somos libres conocemos perfectamente que los demás también tienen derecho a serlo . Existe una zona donde nuestra libertad se cruza con la de otros y es ahí donde en democracia nacen las leyes para que no existan privilegios en el uso de la libertad de unos  frente a los demás. Los amantes de la libertad aceptamos que hemos de compatibilizar nuestra libertad con la de los otros y aceptamos que hayan leyes que marquen nuestros límites.

El derecho a decidir debe ser absoluto cuando no se interfiere con la voluntad de los demás. Tengo derecho a decidir sobre mi cuerpo, sobre mis ideas, sobre todo lo que me afecta en el plano personal y que no interfiere con los demás. A partir de ahí tengo derecho a opinar en el ejercicio de mi libertad, pero no siempre tengo derecho a decidir. Tengo derecho a opinar que me gustaría ser alto, rico y guapo, pero no tengo derecho a decidir, simplemente porque no tengo la "soberanía" absoluta sobre mi cuerpo y sobre mi capacidad de generar riquezas. Y ese es el punto donde el nacionalismo manipula el término derecho a decidir cuando se habla de la posible independencia de Cataluña.

El derecho a decidir sobre la secesión de España no es propiedad de un grupo específico de españoles, sea de un pueblo, una ciudad o una región, sino que es propiedad del conjunto de personas que habitamos en España. En 1978 aprobamos la Constitución por mayoría aplastante y fuimos precisamente los catalanes los que lo hicimos de la forma más contundente con un 91% a favor y solo un 4,65% en contra. Nos otorgamos unas leyes que modulan la intersección entre las libertades individuales de las personas y las de los conjuntos de las mismas. Dice el Art.1.2 La soberanía nacional reside en el pueblo español (no en el gallego , catalán, de Barcelona ó de Hospitalet de Llobregat...). La ley nos limita el derecho a decidir por los demás.

La manipulación del derecho a decidir puede explicar la extraña actuación del PSC . Por una parte su secretario general se rebeló contra el PSOE votando a favor de una resolución en este sentido en el Parlamento de Madrid e incluso abanderando la misma iniciativa en el Parlament. Por otra parte él mismo confesó que en caso de consulta votaría en contra de la secesión. La excusa  es que se debería de lograr un acuerdo para hacer legal la consulta . Aún en el supuesto que se diera un soporte legal, lo cierto es que se estaría consultando por algo que un colectivo determinado no puede decidir, por lo que estaríamos ante una consulta-fraude. La actuación del dirigente socialista solo puede explicarse por la necesidad existencial que tienen muchos personajes públicos en Cataluña de demostrar que  también son "un poco" nacionalistas.

El nacionalismo manipula sentimientos, entroniza tópicos, modifica la Historia para adaptarla a sus intereses, crea tradiciones, distorsiona los datos económicos para justificar sus reivindicaciones y tiende trampas ideológicas, en las que caen algunos ingenuos, manipulando todo lo que le conviene, incluyendo el derecho a decidir.

11 comentarios:

  1. "El nacionalismo es una enfermedad infantil. Es el sarampión de la humanidad" (Albert Einstein.)

    Europa camina hacia la unión económica y política por necesidad.. pero en España las castas políticas prefiriendo romper la administración en 17 cortijos para tener más fácil enchufar a toda sus "familias".

    #FueraAutonomias

    http://elPROBLEMAsonlasAUTONOMIAS.wordpress.com

    Para salir de la crisis: reorganizar la administración, disminuyendo costes no con recortes sino eliminando lo que sobra: LAS AUTONOMIAS

    Para evitar la corrupción: IN-dependencia judicial del poder político y devolver la democracia al pueblo: por ejemplo con listas abiertas


    http://elPROBLEMAsonlasAUTONOMIAS.wordpress.com

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    1. Tienes toda la razón y me alegro de encontrar razonamientos coherentes y razonables.Además de que la población está siendo manipulada, los fines son varios. Unos son por el poder, y otros,económicos.En cualquiera de los casos son problemas acaecidos mas que por las COMUNIDADES, por el exceso de poderes otorgado por el Gobierno Central. A mi modo de ver, este hecho, dividió España en 18 gobiernos imposibles, de los que los resultados son evidentes, pero lo peor es que ahora no es tan fácil volver atrás.De forma paulatina las comunidades forzarán al Gobierno en la obtención de nuevas competencias. El resultado, empeorará mucho mas y el declive se producirá de forma irremediable si no se hace nada para un retroceso profundo.

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    2. Sin duda el país se está gobierno ingobernable. Ejemplo 17 autonomías con 17 sanitarias distintas. Debería de haber una devolucion de competencias al Gobierno Central, respetando las características culturales de las diferentes Autonomías.

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  2. Excélebre y muy certero análisis un cordial saludo

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    1. Excelente quise decir perdón un saludo

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  3. Fabuloso .pone la piel de gallina leer tan bien descrito lo que muchos sentimos en nuestro interior sin saber o "poder" expresar. Adelante hay que abrir camino

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  4. Buenas..si se trata de "los nacionalismos" en general..opino más o menos como tú. Yo vivo en Oviedo y aquí también hay nacionalistas, por supuesto de izquierda, por supuesto defensores del asturianu y por supuesto detestan "lo español" facha y de "pandereta" (que suele ser casi todo). Soy coruñesa así que sé muy bien como se comportan los nacionalismos basados en la defensa "do noso"... tergiversando cualquier verdad para adaptarla al interés nacionalista. Bien...pero lo de Cataluña es otro cantar...si, siempre beneficiándose de todas las prebendas y siempre despreciando a los demás (siento decirlo así de crudo, pero así lo he visto siempre)ahora ya no me importa en absoluto si España se rompe o no..los que se queden serán los que quieran estar y se acabó. Encima de puta (España) no debe seguir poniendo la cama y con sábanas limpias para mayor gloria de cuatro "listos". Quiero "ese derecho a decir" ya..y que sea todo el pueblo español quien lo decida. Estoy convencida de que le daremos ese derecho a los catalanes y si deciden irse por mayoría ..¡hasta luego !
    Saludín y gracias.

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    1. Lamentablemnte eso es lo que pretende el nacionalismo. Que desde el resto de España se alíen, aunque por otras razones, con su causa.
      Lógicamente tienes todo el derecho del mundo a opinar así. Faltaría más.Pero creo que si ese sentimiento se extendiera sería el fin de España como nación y como unidad económica (todavía) potente en Europa.
      Te recomiendo leer mi post "municiones para el nacionalismo".
      Gracias por tu comentario y saludos.

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  5. Disiento contigo.

    De la misma forma en que la ley (en las sociedades avanzadas) permite la disolución del matrimonio por la única iniciativa de uno de los cónyuges, la ley debería permitir la libre separación de los grupos que no deseen seguir integrados en un único país.

    Históricamente, toda secesión, toda creación de un estado nuevo, sufrió la oposición (generalmente armada) del estado original.

    ¿Es necesario recurrir a la violencia, al odio, para aceptar el hecho de que la otra persona (o la nueva nación) no quiere nuestra compañía? El forzar la continuación del vínculo no deseado por una de las partes, implica tarde o temprano una pérdida para las dos partes.

    España debería reformar la constitución de forma tal que pudiera haber una consulta en Cataluña al respecto, con discusión civilizada y voto secreto, para resolver el problema de una vez, y todos saldríamos ganando... o no. Pero si los catalanes deciden seguir su camino propio y estrellarse contra la pared de un estado totalitario y/o corrupto, allá ellos.

    Por supuesto, la misma reforma constitucional debería declarar explícitamente la obligación para todos los españoles de una enseñanza única y generalizada, con un idioma español obligatoriamente predominante y que sirviera de herramienta de unión para toda la nación, y acabar con el desastre de fomento de las autonomías y el disenso.

    Al fin y al cabo, la situación actual es el resultado de la incapacidad, de la falta de previsión y de la visión de estado de todos los políticos que siguieron a la dictadura franquista.

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  6. Disentir con la opinión de otro es normal.

    No me entusiasma la comparación sobre la disolución del matrimonio y la secesión de una región. En primer lugar el matrimonio es un contrato entre dos y hay unas leyes que, lógicamente, permiten su disolución.

    En segundo, la secesión de una región no sería la ruptura de un contrato entre dos, sino la decisión aleatoria de un grupo de personas que basándose en supuestos hechos históricos o económicos deciden pedir o imponer la segregación. Téoricamente tanto derecho tendría a pedir la secesión la región de Cataluña como el condado de Barcelona, o la agrupación de españoles con salarios superiores a 30.000 € anuales.

    Las leyes están para ser cumplidas y en todo caso para cambiarlas, Constitución incluída, por todos los que tienen derecho a opinar y no por una minoría selecta con unos supuestos derechos históricos


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