sábado, 25 de mayo de 2013

Cataluña, fusión de identidades.

Cataluña es una de las regiones de España y de Europa más afectada por los grandes movimientos de población. Ya en el siglo XVII y XVIII se instalaron en el Principado personas provenientes de regiones limítrofes, pero es en el siglo  XIX y sobre todo en el XX y en los primeros años del XXI cuando su población crece extraordinariamente por la aportación de ciudadanos de otras zonas de España primero y de otros países más tarde.
El nacionalismo ensalza unos orígenes y una historia local común que solo se da para una parte de la población. Manipula hechos históricos y los presenta como la historia única de los catalanes actuales. Si hace falta se inventa términos de dudosa esencia democrática como "normalizar" para fabricar ciudadanos equiparables. Hoy se pretende "normalizar" con la lengua. Nadie sabe con qué se intentará "normalizar" mañana.

Mi objetivo con este post es reflexionar sobre la evolución de la población catalana y la riqueza que ha generado ese aporte de población externo.
A finales del siglo XV cuando se genera la unión de reinos, la población de Cataluña según datos aproximados era  de 300.000 habitantes, la de Valencia 320.000 y la del reino de Castilla de 8.000.000. El Principado tenía el 3% de la población hispana, actualmente tiene el 16%. Una gran diferencia solo explicada por los grandes movimientos de población.

En 1717, superada la guerra de sucesión la población de Cataluña era de 525.000 habitantes. Con la plena integración administrativa en España se produce el primer gran boom demográfico, alcanzando en 1787 los 887.000 habitantes, con una tasa de crecimiento anual del 0,8% que casi doblaba a la del resto de España. La apertura de las aduanas internas y la prohibición de la importación  de indianas convirtió el puerto de Barcelona y Cataluña en una encrucijada de emigrantes y nuevas ideas que la enriquecieron. Era entonces el 8,6% de la población española.

En 1900 tras los grandes avances producidos por la revolución industrial del siglo XIX, facilitado por el proteccionismo textil,  la población alcanza en 1900 la cifra de 1.966.382  habitantes equivalente a un 10,5 % de la española
En la década de 1920 con las grandes infraestructuras puestas en marcha incluyendo la Exposición de 1929,  llega la primera gran oleada de almerienses, murcianos, valencianos y aragoneses, alcanzándose en 1930 los 2.791.292 habitantes. En esa época el 4,25% de los habitantes de Barcelona era de origen andaluz, el 8,78% de Valencia, el 8,08% de Aragón y el 5,04% de Murcia.

Tras el triste paréntesis de la guerra civil y los años más duros de la autarquía franquista comienza el verdadero boom de movimientos demográficos. En la década de los 50 más de 400.000 ciudadanos de otras zonas del país llegaron a Cataluña y durante los 60 se calcula en 952.000 personas las que se asentaron en la región provenientes sobre todo de Andalucía, Extremadura, Valencia, Castilla y León, Aragón.... Se pasa de una población de 3.925.000 habitantes en 1960 a 5.662.791 en 1975. Nace una nueva Cataluña.
El impulso industrial de Cataluña en esos años nunca se hubiera conseguido, en los mismos términos, sin la aportación de esa gran cantidad de mano de obra. Muchos fueron los conflictos y mucho el sufrimiento de los recién llegados. Si bien los empresarios los recibieron encantados por la llegada de mano de obra barata, la sociedad tardó en asimilar el cambio, pero ese será motivo para otra reflexión.
Se produce finalmente una entrada masiva de emigrantes en los primeros años del siglo XXI provenientes de América del Sur, Magreb y paises del Este principalmente.
La población de Cataluña  actualmente alcanza los 7,5 millones de habitantes y un porcentaje del 16% de la población española.

Si se tiene en cuenta que el índice de natalidad del Principado siempre ha estado por debajo del del resto de España  (solo se iguala en los últimos 40 años) y se observa que la población pasa del 3% aprox. de 1500, al 8,6% de 1787, al 10,5% de 1900 para llegar al 16% actual queda claro que ha sido el intercambio poblacional uno de los principales causantes de esta variabilidad.
Una gran parte de ciudadanos de Cataluña, totalmente integrados en esta sociedad, pero a la vez íntimamente ligados al resto de España (por razones familiares, sentimentales económicas y de historia común) no quieren renunciar a sus orígenes y no se pueden considerar herederos de una historia localista promovida por el nacionalismo, muchas veces manipulada para resaltar las diferencias (que son pocas) y minimizar las igualdades (que son muchas).
Aunque se intente reescribir la Historia y se utilicen machaconamente todos los medios subvencionados (que son casi todos), la realidad es que Cataluña es mucho más que lo que pretende el nacionalismo: Cataluña es una fusión de identidades, con toda la riqueza que ello representa.

Bibliografía.
1.-Historia de Cataluña. Albert Balcells. La esfera de los libros.
2.-Estructura económica de España. Ramón Tamames. Alianza Editorial.
3.-Otra Historia de Cataluña. Marcelo Capdeferro. Libros Libres.
3.- La riqueza de las regiones. Rafael Domínguez. Alianza Editorial
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Nota: Los datos demográficos sobre todos los anteriores al siglo XX tienen alguna variación según los autores. He utilizado los más repetidos y que me han parecido más fiables.

domingo, 19 de mayo de 2013

Siglo XX. España apuesta por industrializar Cataluña.

En mi post anterior hablaba de la capital influencia de España en la industrialización de Cataluña en el siglo XIX. Me gustaría reflexionar en éste sobre algunos aspectos de como siguió el proceso en el siglo XX. Destacaré algunos de los hitos críticos de industrialización ocurridos en Cataluña y que llevaron a esta Comunidad a ser la fábrica de España. Esto se consiguió gracias al carácter emprendedor de muchos empresarios catalanes y la laboriosidad de sus gentes, pero sobre todo por la apuesta decidida del Estado Español. No se trata de recriminar por qué se dieron más posibilidades a Cataluña para la industrialización frente a otras regiones, sino de ser conscientes de que se eligió a la parte de España que se consideró más idónea y que geográficamente tenía una buena posición.
A Cataluña se  le dió la oportunidad de liderar industrias básicas o mecánicas porque era una buena elección para España. El problema surge cuando aparece la deslealtad y un grupo de políticos pretende que, alcanzado un alto nivel de industrialización, se puede optar a la secesión de España sin tener en cuenta ni las leyes, ni que Cataluña es  el resultado de la interrelación con España a lo largo de los siglos.

 Tras el desastre de la guerra civil la industria nacional quedó prácticamente destruida. El régimen dictatorial de Franco  al que todo el mundo  daba la espalda, pretendió crear una potente industria propia que substituyera las importaciones. La creación del INI (Instituto Nacional de Industria) tenía esa finalidad.

Industria del automóvil: En 1950 se constituyó la Sociedad Española de Automóviles de Turismo (SEAT). Se fundó con una participación del INI del 51%, de la banca española del 42% y de la empresa italiana FIAT del 7% como socio tecnológico. Se eligió la provincia de Barcelona para su instalación. Se podía haber elegido otra ubicación, pero no se hizo.  La instalación de SEAT impulsó decididamente el desarrollo tecnológico e industrial en Cataluña. La producción de vehículos creció rápidamente desde los 31.073 de 1960 a los 328.806 de 1975. A pesar de que se fueron creando otra industrias (FASA Renault,Citroen Hispania,...), SEAT controlaba en 1960 el 77,20% del mercado nacional y en 1975 todavía el 47%.
Esta gran crecimiento de la industria automovilística en general y de SEAT en particular se debió a los fuertes aranceles aplicados a los vehículos fabricados fuera de España. No fue hasta 1990 que se liberalizó la entrada de vehículos extranjeros. En ese momento se cumplió el sueño de muchos españoles de tener acceso a un coche de importación. Hasta esa fecha los españoles nos vimos obligados a comprar coches fabricados en territorio nacional por lo que contribuímos activamente al sostenimiento y desarrollo de las fábricas de coches nacionales, incluyendo SEAT.

Industria Petroquímica: Las bases de la industria petroquímica de España se sentaron en 1963 al decidirse la construcción de los dos primeros complejos petroquímicos el de Tarragona y el de Puertollano. De nuevo fue el Gobierno Español el que decidió asentar en Cataluña las bases para una industria fundamental para el conjunto del Estado . La expansión continuó con la decisión del Consejo de Ministros de 14 de marzo de 1971 de instalar en Tarragona la Refinería de Petróleos que fue  inaugurada en 1976 por los reyes de España. Cataluña se consolidó en el tiempo generando prácticamente el 50% del total de la producción química nacional, extendiéndose las ramificaciones hacia Tortosa, Martorell...

Podríamos citar otros ejemplos de industrias establecidas en Cataluña que se beneficiaron del proteccionismo del estado para actuar sobre el mercado español como propio: farmacéuticas, motocicletas, electrodomésticos, fibras,...pero sería extender demasiado el artículo.

Simplemente dejar constancia que como españoles nos sentimos orgullosos del desarrollo industrial de Cataluña. Sobre todo porque también es obra nuestra por haber sufragado su crecimiento con la compra de sus productos y también con la aportación imprescindible de mano de obra (tema para otra reflexión). Lo que no podemos aceptar es que se eche tierra sobre la Historia y sobre el patrimonio común y un grupo de españoles pretendan decidir sobre lo que es de todos.
España apostó en el siglo XX (también en el XIX) por industrializar Cataluña. Y lo hizo porque es una parte de España.

Bobliografía

1.- Estructura económica de España.Ramón Tamames y Antonio Rueda. Alianza Editorial
2.- Historia económica de la España contemporánea. Albert Carreras y Xavier Tafunell.  Crítica.
3.- España 1808-2008. Raymond Carr. Ariel


domingo, 12 de mayo de 2013

La industrialización de Cataluña, gracias a España

En un momento en que el nacionalismo catalán utiliza el derecho a decidir como un valor absoluto, independientemente de lo que se pretende decidir, me gustaría seguir dejando constancia de que la actual Cataluña es la consecuencia de la interrelación con España a lo largo de los siglos y, por tanto, los catalanes tenemos el derecho a decidir sobre lo que podemos decidir, pero no lo tenemos en lo que afecta también al resto de españoles.

Durante el siglo XIX y el siglo XX Cataluña ha sido la región española que ha liderado con gran diferencia el desarrollo industrial. Es interesante conocer como se ha producido este fenómeno y sobre todo como ha colaborado el resto de España e incluso a que ha renunciado para que haya sido así.

De salida se debe dejar claro que ha sido fundamental el espíritu emprendedor que demostraron los empresarios catalanes cuando a mediados del siglo XVIII se les liberaron las aduanas hacia el resto de España y al comercio con América. La plena integración en el Estado Español tenía sus ventajas.
A partir de 1741 se inició en Cataluña la fabricación de tejidos de algodón, si bien no se puede hablar de verdadera revolución industrial hasta finales del primer tercio del siglo XIX.

El proceso real de industrialización comenzó con el crecimiento y modernización de la manufactura del algodón. Un hito fundamental fue la creación en 1833 de la factoría de Bonaplata en el casco antiguo de Barcelona, aplicando por primera vez en España, la máquina  de vapor al hilado de algodón, consiguiendo una gran mecanización y sirviendo de ejemplo al desarrollo de otras fábricas similares. La industria algodonera catalana ejerció un verdadero monopolio en España. Entre 1865-1869 consumía el 88% de la materia prima importada  y aún aumentó en la última parte del siglo hasta llegar al 95% de consumo.
No deja de ser curioso que una región sin campos de cultivo de algodón y sin apenas carbón  consiguiera  el liderazgo  en esta manufactura. Esta carencia de materias primas condujo a que los productos manufacturados en Cataluña fueran más caros que los producidos en otros países, concretamente Gran Bretaña.

Para el éxito del algodón catalán durante el siglo XIX de dieron dos hechos absolutamente inseparables: El espíritu emprendedor de los empresarios catalanes y la absoluta colaboración de los sucesivos gobiernos de España creando y manteniendo aranceles a la importación de productos extranjeros , generalmente ingleses, más baratos y de mayor calidad.

 La prohibición en algunos años de la importación y los altos impuestos   mantenidos  durante largos periodos consiguieron que los productos catalanes se adueñaran del mercado español en su conjunto.
Esta política de proteccionismo frente a los productos ingleses fue defendida, ante los sucesivos gobiernos españoles, por los bien organizados  lobbys catalanes: Comisión de Fabricantes de Hilados, Tejidos y Estampados del Principado de Cataluña, Instituto Industrial de Cataluña, Fomento del Trabajo Nacional.... Fue un lucha decidida y ganada para que en España se consumieran solo productos catalanes, a pesar de ser peores y más caros que los ingleses.

En 1855 el fabricante y político Josep Ferrer y Vidal defendía en Madrid el proteccionismo con estas palabras: "Si un castellano compra una vez al año diez varas de genéro catalán un 40 por ciento más caro que el inglés, el catalán come, y con mucho gusto, tres veces al día pan castellano un 40 por ciento más caro que el de Odesa".

Lo cierto es que España actuó como una sola nación facilitando la creación de una potencia industrial en Cataluña a base del esfuerzo económico de los españoles y considerando que era toda España la que se beneficiaria en el presente y en el futuro.
Se debe también tener en cuenta que la revolución del algodón arrasó al resto de los viejos paños. Avasallados por las hilaturas europeas y sometidos a las duras competencias de los algodones, el lino gallego y el cáñamo andaluz quedaron arrinconados. Lo mismo ocurrió con la seda ya que Barcelona, Manresa y Reus arrebataron a Valencia la cabecera del sector.

Mi proposito en este escrito es contribuir al esclarecimiento de que España ha actuado en el tiempo, y concretamente en el siglo XIX, como un país unido, alentando y favoreciendo la creación de una gran industria en Cataluña que ha sido la base de la industrialización global de esta región. Personalmente estoy en contra del proteccionismo, pero los hechos son los hechos.
Es aquí,  de nuevo,  donde pierde sentido el derecho a decidir la secesión. Cataluña, como Madrid, Galicia ó Andalucía es patrimonio de todos los españoles.  No de unos pocos. El derecho a decir sobre el futuro es de todos, no de un grupo.
Cobra esto mayor valor cuando vemos con datos y bibliografía que para el éxito de la industrialización de Cataluña fue imprescindible el apoyo e incluso las renuncias del resto de España.

Biblografía.

1.- Historia económica de la España Contemporánea (1789-2009).  Crítica
2.- Historia de Cataluña. Albert Balcells. La esfera de los libros.
3.- Breve Historia de España. Fernando García de Cortázar.Alianza Editorial.
4.-Otra Historia de Cataluña.Marcelo Capdeferro. Libros Libres

domingo, 5 de mayo de 2013

No se tiene derecho a decidir sobre lo que no se puede decidir

El nacionalismo siempre ha utilizado vocablos hermosos para defender planteamientos egoístas y separadores. Los términos tradición, unión del pueblo, derechos históricos, fidelidad a nuestros antepasados, defensa de nuestro modo de vida... etc, son invocados con la convicción de que solo se pueden defender si se aislan de su entorno y se construyen entidades políticas separadas. El  término que se ha incorporado con más éxito éxito al discurso nacionalista es el "derecho a decidir". ¿Quién puede estar en contra de que los humanos no podamos ejercer el derecho a decidir? La trampa viene en que se utilice ese derecho a decidir para algo sobre lo que no se puede decidir.
Quiero decidir y decido tener 2 hijos. Correcto si usted está fisiológicamente bien y encuentra a otra persona que comparte con ud. este deseo (o utiliza medios externos de fecundación).
Quiero decidir y decido ser rico. Correcto solo que tendrá que ingeniarselas para conseguirlo, por que solo con la intención me parece que no vale.
Quiero decidir y decido que se acabe el hambre en el mundo. Correcto aunque no depende solo de ud y seguramente aparte del deseo debería de colaborar activamente en ayudar en esa causa.
Quiero decidir que la Comunidad donde vivo sea una comunidad independiente y tenga su Estado Propio. Correcto en el caso de que ud. viva en una comunidad absolutamente aislada del resto del mundo y que esa comunidad no se haya construído también  por la aportación  e intercambios a lo largo de los siglos del esfuerzo  y colaboración de las comunidades que han compartido destino común en el tiempo.
El que una generación concreta invoque el derecho a decidir para pretender que Cataluña se separe de España es además de egoísta e ilegal absolutamente injusto. No voy a hablar aquí de las bases legales, perfectamente conocidas y desarrolladas en otros posts. Hablare simplemente de  justicia ¿Qué derecho tiene alguién por el mero hecho de nacer o residir en Cataluña en un tiempo determinado a decidir  la ruptura de una unión que de una otra forma tiene más de XX siglos de duración y que han conformado muchas generaciones?

Me pienso extender en otros post, pero me gustaría destacar aquí algunos de los acontecimientos que han hecho posible que Cataluña sea hoy tal como es. Y dejar claro que lo es gracias a la interrelación con el resto de España.
Cuando acaba la guerra de Sucesión en 1714 y según tesis mantenida por insignes y poco dudosos personajes como Pierre Vilar, Antoni Jutglar y Vicens Vives la derrota en la guerra de Sucesión representó paradójicamente una etapa positiva y de consolidación económica de Cataluña. Concretamente Vicens Vives afirma que Cataluña se benefició "insospechadamente de la nueva orientación borbónica que no solamente obligaba a los catalanes hacia el futuro y les liberaba de las trabas paralizadoras de un mecanismo legislativo  inactual, sino que ofrecía a Cataluña las mismas posibilidades que a Castilla en la monarquía común".
En 1755 Cataluña es autorizada a comerciar con Santo Domingo, Puerto Rico, Margarita y a beneficiarse del comercio ultramarino. No hay que olvidar que la empresa de conquista y colonización de América se hizo exclusivamente con capital castellano. Los habitantes del reino de Castilla sufrieron ingentes impuestos económicos para sufragar los gastos de los navíos que surcaron los mares así como la necesidad de enrolar jóvenes a las tropas reales para mantener los distintos conflictos que se sucedieron en el tiempo.
En 1741 se inició en Cataluña  la fabricación de tejidos de algodón, aprovechando el enorme mercado que se le abrió con el resto del reino. A partir de 1760 el puerto de Barcelona se fue convirtiendo en uno de los principales puertos españoles.
La plena interrelación con el resto de España fue muy beneficiosa para Cataluña. Los aranceles que se fueron imponiendo a finales del siglo XVIII y mayor parte del XIX gravaron al comprador castellano con precios más altos para favorecer la industria catalana. Expondremos más ampliamente este tema en un futuro post.

Cataluña es hoy lo que es gracias a la interrelación en el tiempo con el resto de España. No es un ente aislado ni una fotografia estática en el tiempo. Nacer o residir en Cataluña no da derecho a la propiedad de una sociedad y una economía que se ha hecho con la colaboración de todos los españoles. Solo el conjunto de españoles  podría decidir el que una parte fundamental y creadora de España se separe del conjunto. Porque solo se tiene derecho a decidir sobre lo que se puede decidir.

Bibliografía.
1.- Breve Historia de España. Fernando García de Cortazar. Alianza Editorial 2011
2.- Otra Historia de  Cataluña. Marcelo Capdeferro. Libros Libres 2012.
3.- Noticia de Cataluña. Jaume Vicens Vives. Ed Destino 2012