sábado, 30 de noviembre de 2013

En Cataluña, el daño ya está hecho

No es un tópico decir que durante muchos años Cataluña ha sido espacio de convivencia entre distintas culturas y sensibilidades. Sin problemas especiales.
 La llegada masiva de ciudadanos del resto de España en los 60 y 70 del siglo pasado, el flirteo de Barcelona con la capitalidad cultural del castellano  en los 70-80 con la acogida de personajes como García Marquez , Vargas Llosa y Córtazar, la celebración de unos JJOO, que toda España sintió como suyos, en los 90 conformaron una sociedad civil sin más brechas que las socioeconómicas. Como en cualquier parte de España.
Es cierto que ya en esa época se estaban sentando las bases de una fractura que no se manifestaría hasta muchos años más tarde. Los largos años del pujolismo con su pretendida cara amable fueron preparando meticulosamente lo que vendría después.
Durante esos años incluyendo la desastrosa gestión del tripartito era habitual oír en la calle afirmaciones como "en Cataluña no hay ningún problema entre catalanoparlantes y castellanoparlantes" "el problema es de los políticos". Todo ello a pesar de que TV3 llevaba a cabo, implacablemente, sus consignas de formación del Espíritu Nacional. La  redacción del nuevo Estatut  pasó desapercibida para la mayor parte de la población.
 Solo las campañas masivas de los medios subvencionados, poniendo el grito en el cielo por la declaración de anticonstitucionalidad de diversos artículos del Estatut, hizo que se comenzara a crear, en círculos concretos, un ambiente de crispación.

La aparición de Artur Mas y Oriol Junqueras provocó una huída hacia adelante de la cual es ahora rea la sociedad catalana. Los eslogan profusamente utilizados : "España nos roba" "Madrid tiene la culpa" "No tenemos mejores servicios por culpa de España", han ido calando en una parte importante de la población. La coincidencia con la grave crisis económica ha sido el campo abonado para que germinara el odio.
"Con la independencia todo irá mejor" "Se mejorarán las pensiones" "se cubrirán los gastos de dependencia" "bajará el recibo de la luz" "Somos una nación ocupada desde 1714". Mentiras que repetidas mil veces por los distintos consejeros y expandidas por los medios de comunicación hábilmente subvencionados van haciendo su efecto. El daño ya está hecho.

Quizás el mayor daño se está haciendo a una parte importante de la juventud. Es fácil atraerlos con la ilusión de una Cataluña universal, con una Barcelona capital europea libre de ataduras, con una Europa  orgullosa de Cataluña. Para ello la utilización de la estética es fundamental. El fútbol juega también un papel importante. La puesta en marcha de gritos de "independencia" a los 17 min 14 seg. del inicio de los partidos del Barcelona intenta transmutar el sano sentimiento deportivo a un espíritu de "reivindicación nacional".
 La cadena humana  fue una excelente operación de marketing para que muchos "compraran" la independencia. Seguro que una gran parte de los asistentes a la "cadena" eran gente de buena fe. Personas que intoxicadas por una información falsa, pero muy bien orquestada, estaban convencidas de que participaban en un proyecto nuevo, una proyecto de nación en el que había un componente importante de ilusión. Personas que estaban convencidas de que España les robaba. Seguro.

El problema es que todo es una gran mentira. No es cierto que España nos robe. No es cierto que Cataluña esté colonizada desde 1714. No es cierto que Madrid tenga la culpa. No es cierto que con la independencia todo irá mejor, ni mejorarán las pensiones, ni bajará el recibo de la luz. Ni siquiera es cierto que sea posible que una parte de la población española decida sobre algo que compete a todos los españoles.
Cuando se descubra el pastel los políticos recogerán velas. Algunos además de las velas recogerán sus fortunas en paraísos fiscales. Encontrarán su acomodo o simplemente se irán a un retiro dorado (hasta con despacho en Paseo de Gracia). Pero quedará una gran parte de la población a la que se le ha inculcado el sentimiento de odio hacia lo español. Una parte de la población frustrada por no ver cumplido lo que le prometieron. Y es difícil saber como devolver todo a su cauce
El odio está ya saliendo al exterior. Sedes de partidos no independentistas asaltadas, diputados y conferenciantes insultados hasta conseguir que se anularan actos políticos y culturales pacíficos,...

Reconducirlo todo va a ser difícil. Actualmente ya no se habla de política en el trabajo, incluso se evita entre familias. Declararse español equivale a ser calificado de fascista. Se destila odio en facebook y twitter y demás redes sociales.
El gran reto de la sociedad catalana en los próximos años  (nuestro gran reto) será rehacer una convivencia social que el nacionalismo ha conseguido fracturar. Y sobre todo conseguir que el desencanto de aquellos a quienes han inculcado ilusiones irrealizables no desemboque  en situaciones incontrolables.

Los malos políticos están haciendo que Cataluña no dirija sus objetivos a la empresa común de crecer en lo económico, social y cultural, sino que se están gastando todas las energías en promover la desunión y como consecuencia en la fractura social. Así nos va. El daño ya está hecho.

sábado, 23 de noviembre de 2013

La pérdida del "seny" catalán


Para quién no lo entienda (que supongo que serán pocos), el vocablo catalán "seny", que se podría traducir por sensatez o cordura,  está relacionado con la capacidad mental que predispone a una justa percepción, apreciación, comprensión y actuación ante situaciones determinadas. El "seny" es un concepto que ha ido unido a la  sociedad catalana.

Hubo una época, una época reciente y larga, que en el resto de España se manifestaba un sentimiento de admiración por la forma de ser de los catalanes y su capacidad de enfrentarse al futuro. Pueblo trabajador, con "seny" poco amigo de aventuras irrealizables. Abierto al mundo, puerta de Europa, precursor e impulsor de nuevos modelos culturales...  Pero llegó el nacionalismo. Seguramente ya estaba, pero salió a la luz. El nacionalismo se vistió primero de atractivo e indefenso gatito juguetón, pero fue desarrollando calladamente la fiera que llevaba dentro. Y salió la fiera.
La defensa por los derechos de la lengua local se transmutó en la imposición de la misma. Se tomaron  los modelos de regímenes  autoritarios y se privaron de los derechos lingüísticos a una parte substancial de los ciudadanos catalanes.
La siguiente etapa fue, y es, la construcción de una realidad ficticia. El intento de creación de un estado Catalán que no ha existido nunca. La llamada a un derecho a decidir sobre algo sobre lo que no se tiene derecho a decidir. Los dirigentes políticos se han empeñado en demostrar que lo del "seny" era un tópico o al menos que no está tan extendido como parecía.

Una prueba de la pérdida de ese "seny" la tuvimos en las  declaraciones del presidente de ERC, Oriol Junqueras, que decía, según cita textual de La Vanguardia de 13 de noviembre "Si hemos sacado dos millones de personas a la calle... ¿Quién dice que no podríamos parar la economía catalana durante una semana?"..."Los efectos de un parón en la economía catalana se notarían en el conjunto del Estado"..."¿Qué impacto tiene sobre el PIB español?"... "¿Y que pasa con la prima de riesgo española?.
De salida como demócrata y liberal me entristece pensar que alguién crea que tiene la capacidad de "sacar" dos millones de personas a la calle. Me preocupa que un gran número de mis paisanos sean para los políticos solo eso, un número para ser "sacado" cuando las circunstancias lo aconsejan. Tengo un mejor concepto de las personas con las que convivo. Espero no equivocarme.
Esa capacidad de "sacar" personas a discreción me recuerda viejos regímenes de ingrato recuerdo.

La segunda parte de la frase ha sido más comentada. La idea es simple: Parar la economía catalana durante una semana para hacer daño a la economía española. El "seny" entra ya en las profundidades abismales. Con tal de hacer daño a la economía española el Sr. Junqueras planteaba hacer el harakiri a la economía catalana. Y seguramente él estaba convencido que sería capaz de hacerlo. Igual que dice que pueden "sacar" dos millones de personas a la calle , cree que pueden parar una economía de más de 7,5 millones de personas. Con tal de hacer un daño a España  haría 5 veces más daño a Cataluña (1:5 es la relación aproximada de los PIB de Cataluña y España).
Lo sorprendente es que la sociedad catalana, la del "seny", ha reaccionado solo tímidamenente a tamaño despropósito e insensatez. Han habido voces claras desde Cs y PP, con sordina desde CiU y velados aplausos desde ERC.

Que la pérdida del "seny" se está generalizando lo comprobamos cuando leemos los resultados del Barómetro de noviembre del Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat. Resulta que el político más valorado en Cataluña es Oriol Junqueras (el de la semana de huelga) con una valoración del 5,61. El segundo más valorado es Alfred Bosch, también de ERC con 5,21  y la gran noticia llega cuando el tercer político más valorado en Cataluña es David Fernández con 5.07. David, para quien no lo conozca (que supongo que serán muchos) es el Diputado que amenazó a Rato con un "sandaliazo", equiparando el Parlament a las ruedas de prensa de Afganistán.

Esto es lo que hay. Para bien y para mal. El nacionalismo ha hecho entrar en barrena a la sociedad catalana. La evolución económica de los últimos 30 años lo deja claro, pero también es capaz de hacer perder señas de identidad que todos reconocimos como muy positivas en el pueblo catalán.
A pasos agigantados se está perdiendo el "seny" catalán. Esperemos que sea recuperable.

Bibliografía

1.- La Vanguardia 13/11/2013


sábado, 16 de noviembre de 2013

Barcelona ¿Primera capital de España?

Hemos de matizar desde el principio que en esta reflexión no nos referimos a la Barcelona actual, sino a la Barcino del siglo V, ni tampoco a la España actual sino a la Hispania de ese mismo siglo.

El nacionalismo en su intento de crear unas bases históricas, para dar solidez a sus pretensiones, toma como fecha de referencia el 11 de septiembre de 1714, dándole una magnificencia de la cual carece. Para ello utiliza todo lo que tiene a su alcance, y más: manifestaciones multitudinarias, vía catalana, comisiones conmemorativas del tricentenario, consulta independentista, presupuestos especiales para conmemoraciones, gritos de apoyo  a la independencia en el minuto 17 y 14 segundos en los partidos del Barcelona F.C.,...
La finalidad es convencer de que la derrota de 1714 supuso el final de una Cataluña idílica, de ciudadanos libres, ejemplo para las demás regiones de Europa. No nos detendremos en este punto, ya  que la lectura de cualquier buen libro de Historia desbarata drásticamente el argumento.

Parecería, según el nacionalismo que hasta 1714 hubo una Cataluña absolutamente diferenciada del resto de España y que en ese año se cayó en el abismo español.
Nada más lejos de la realidad. Los habitantes que habitaron el territorio que hoy llamamos Cataluña, ya desde el siglo I formaban parte de lo que todo el mundo conocía como Hispania. En el año 25 a.c, Octavio Augusto se establece en Tarraco, capital de la provincia Tarraconensis para acabar la conquista de Hispania.  Comenzó la pax romana que se mantuvo hasta la la llegada de los bárbaros en el año 409 . En ese momento más de 4 millones de hispanorromanos no pensaban en otro pasado que no fuera Roma.

Con la llegada de los visigodos a España se produce un hecho trascendental para la ciudad regada por el Llobregat y el Besós : la capitalidad del naciente reino visigodo en Hispania.

En el año 410 Alarico I tomó y saqueó Roma y se llevó como rehén a la joven Gala Placidia, hija de Teodosio el Grande. Muerto Alarico I le sucedió su cuñado Ataulfo, parece ser que perdidamente enamorado de Gala Placidia. El emperador romano Honorio (hermano de la joven romana) acordó el establecimiento de los visigodos, con Ataulfo al mando, en el sur de las Galias para ayudarle a mantener el orden en esa zona a cambio del avituallamiento  del  ejército visigodo y que le fuera devuelta su  hermana.
Los pactos no se cumplieron  y Ataulfo se enfrentó a los romanos. En el año 414 se casaba con Gala Placidia en Narbona.

Derrotado por los ejércitos romanos el ejército visigodo atravesó los Pirineos, conquistó Barcino a los vándalos y  Ataulfo se estableció en la que en el futuro sería la capital de Cataluña.
En el 415 nació el hijo de Gala Placidia y Ataulfo, Teodosio, que llevaba la sangre de los dos linajes: emperadores romanos y caudillos visigodos. Lo cierto es que murió a las pocas semanas del nacimiento y fue enterrrado en la catedral de Barcino.
Ataulfo diseñó un nuevo plan, esta vez pensando en la creación de un reino gótico en Hispania, por el que expulsaría a los vándalos, suevos y alanos que habían llegado a la península en el 409. No pudo llevarlo a cabo ya que murió en el 415.
Su sucesor, Sigerico, ordenó la muerte de los seis hijos de Ataulfo tiñendo de sangre las calles de Barcino.
Esa fue la primera etapa en que Barcino fue la capital de la Hispania visigoda.

Más tarde tras derrotas en las Galias, Amalarico se estableció  en Barcino, siendo asesinado en esta ciudad en el 531. Fue en 533 cuando la capitalidad del reino visigodo que ya dominaba sobre prácticamente toda Hispania pasó a Emérita Augusta, la actual Mérida.

Sirva este escrito para reflexionar y dejar patente que la Historia de lo que actualmente conocemos como Cataluña ha estado ligada a la del resto de España como mínimo desde hace XX siglos. Que la antigua Barcelona tuvo un papel importante en la consolidación del reino godo en España.
Vendrá luego la invasión árabe, la reconquista y la creación de reinos y condados con fueros y privilegios particulares. Fueros y privilegios que todos fueron perdiendo en las distintas unificaciones, hasta llegar en el siglo XVIII a la consolidación de un reino  con leyes y derechos semejantes para todos (con algunas excepciones).

Al nacionalismo le gustaría la idea de una Cataluña desconectada del resto de España y que fue obligada a conectarse en 1714. No es así. Los habitantes del territorio que hoy llamamos Cataluña tienen una Historia común con los del resto de España. Tanto es así que nos atrevemos a plasmar el hecho de que Barcelona (Barcino) fue la primera capital de España (Hispania).

Bibliografía


1.- La aventura de los godos. Juan Antonio Cebrián. La esfera de los libros.
2.- La aventura de los romanos en Hispania. Juan Antonio Cebrián. La esfera de los libros
3.-Otra historia de Cataluña. Marcelo Capdeferro. Libros Libres