lunes, 28 de agosto de 2017

Odio en la manifestación antiterrorista de Barcelona

Lo normal en una manifestación multitudinaria realizada en protesta tras un ataque terrorista es que se exprese la solidaridad con las víctimas y sus familiares y la condena contra los autores del ataque.

No fue esto lo que ocurrió en la manifestación del sábado 26 de agosto convocada como repulsa al salvaje atentado de Las Ramblas de Barcelona del 17 de agosto.
Veamos mi experiencia:

Partimos de Plaza de Cataluña a las 17h, para subir por Paseo de Gracia y poder comenzar la marcha sobre las 18h desde su inicio, tal como estaba convocada.
En el camino de subida por un Paseo de Gracia relativamente lleno, predominaban ampliamente las  personas sin banderas y sin signos externos, habían bastantes personas con banderas independentistas y algunas con banderas españolas (prácticamente ninguna bandera catalana estatuaria). Nos llamó la atención un núcleo importante  con gran concentración de "esteladas" en torno a la Gran Vía.
Habían diversas pancartas aunque muchas todavía sin desplegar. Sí llamaba la atención la profusión de carteles azules, perfectamente construidos en serie, con mensajes que se separaban totalmente de la (teórica) finalidad de la manifestación.

Después de unos cuantos achuchones en la antigua Plaza del Rey Juan Carlos I,  comenzamos la manifestación a las 18h bajando hacia Plaza de Cataluña.
Lo que veíamos y sentíamos en aquel momento fue una parte de la manifestación que ha quedado oculta por los hechos posteriores y por lo que ya estaba ocurriendo paralelamente en la zona de Gran Vía,  con Mariano Rajoy y el Rey Felipe VI.

La primera parte del recorrido (desde el cruce con la Diagonal) parecía una manifestación de verdad, de repulsa al terrorismo. Juntos fuimos avanzando y lo único que se oía eran los aplausos rítmicos que sonaban estruendosos. Aplaudían los que no llevaban bandera (la gran mayoría), los que llevaban la independentista y los que lucían la constitucional. Aplaudía todo el mundo.  Durante unos 400 metros  de recorrido pensamos que estaba triunfando la unidad frente al cruel atentado.
Andábamos y aplaudíamos a la vez, con una clara sensación de complicidad. Distintos símbolos, mismos sentimientos frente al terrorismo ( o al menos eso parecía). Los aplausos seguían siendo rítmicos y atronadores.

A la altura de la Calle Mallorca oímos muchos silbidos y algarabía lo que hizo que nos adelantaramos para ver que pasaba. Por los laterales de Paseo de Gracia se podía bajar con celeridad ya que habían muchos huecos.
A la vez que nos llegaban de lejos las notas del "cant dels ocells" (señal que la manifestación estaba acabando en Plaza de Cataluña), nos acercamos al origen de los pitidos y algarabía.
Un grupo reducido de unas 15-20 personas bajaban con una gran pancarta que proclamaba "España contra el terrorismo. Gracias Majestad". También pequeñas pancartas con "Unidos contra el terrorismo".

Lo que pasaba alrededor era increíble. Un número importante de personas se dedicaba afanosamente a insultar a los portadores de la pancarta incluyendo algún intento de zarandeo. Gritos contra el rey. Gritos contra Rajoy. Gritos contra España. Pitidos. 
Los integrantes del grupo bajaban con toda la dignidad del mundo controlando que no hubieran excesos a su alrededor. Los insultadores, olvidándose de la manifestación, los seguían como las rémoras siguen a los tiburones y se desplazaban con ellos. En este caso, insultando y pitando.

Al llegar al cruce de Plaza de Cataluña con Paseo de Gracia donde la concentración de "esteladas" era más grande, la cosa se complicó: Los insultos arreciaron y se entonó el grito en catalán "Vosotros, fascistas, sois los terroristas". Allí ví verdaderas expresiones de odio. Gente que parecía de los más normal gritaban desaforadas y clamaban que aquello era una provocación. Todo se fue complicando. Peligraba la integridad de los componentes del grupo y pudo pasar de todo hasta que aparecieron los mossos. En aquel momento hubieron carreras  que pillaron a algunas personas de sorpresa con el consiguiente peligro ya que en la zona habían diversas vallas.

Lo cierto es que los mossos dominaron rápidamente la situación. Hicieron un gran círculo impidiendo que la gente se acercara al grupo (En medio del círculo quedó un cámara-seguramente de TV3- que debe tener bonitas imágenes).
En vista de que la gente no se disolvía, los mossos hicieron un perfecto pasillo por el que muy dignamente desfilaron los portadores de las pancartas. Fueron custodiados prácticamente hasta Plaza Urquinaona donde, parapetados tras un autobús (peculiar bolardo), recogieron las pancartas.
Todavía quedó tiempo para que gritaran señalando a los mossos "¡Ésta es nuestra policía!" lo que indignó a los  manifestantes que quedaban en la zona.

He querido comentar y exponer solo lo que ví personalmente.
 Sí quiero dejar constancia de mi indignación y rabia primero y tristeza después, cuando ví en  TV la cobarde encerrona hecha al Jefe del Estado y autoridades elegidas democráticamente, que venían a solidarizarse con Barcelona y fueron insultados y vilipendiados impunemente.

Flaco favor ha hecho el independentismo a Barcelona. La única ciudad que no ha sabido estar a la altura en la manifestación de repulsa al terrorismo y solidaridad a las víctimas. 
Me quedo con los muchos ciudadanos que lo intentamos, aunque lamento que este hecho haya quedado ocultado por el conocido  dominio del show del que siempre hace gala el independentismo.
Los ciudadanos de Barcelona sí han sabido dejar patentes en los improvisados altares de Las Ramblas su solidaridad con las víctimas.
Lamentablemente hubo odio en la manifestación